ESGUINCE DE TOBILLO EN NIÑOS: PODEMOS AYUDARTE

ESGUINCE DE TOBILLO EN NIÑOS: PODEMOS AYUDARTE

El esguince de tobillo es una de las lesiones más frecuentes en niños en esta estación del año. Tiene lugar cuando la articulación del tobillo gira demasiado en una dirección concreta, lo cual conlleva que los ligamentos se estiren más de lo que debieran, se desgarren, o en el peor de los casos, se rompan.

¿Cómo podemos identificar si nuestro hijo o nuestra hija tiene un esguince de tobillo? Sigue leyendo…

La primera señal que puede llevarnos a pensar que nuestra hija o nuestro hijo ha sufrido un esguince de tobillo es el dolor acompañado de inestabilidad en la articulación, teniendo dificultades para soportar su peso con el tobillo lesionado.

Según la Asociación Española de Pediatría, existen distintos grados de esguince de tobillos en niños:

  • Grado I: Se produce cuando los ligamentos del tobillo sufren una distensión o un estiramiento conservando su estructura.
  • Grado II: Tiene lugar cuando hay desgarros parciales en los ligamentos.
  • Grado III: Se sucede cuando los desgarros son completos o hay rotura.

 

Teniendo en cuenta los diferentes grados de esta lesión, sumado al dolor y la inestabilidad en la articulación, puede aparecer también una inflamación en forma de huevo y/o un hematoma que nos indica que la lesión es más grave (grado II o III) con lo que es recomendable consultar con un especialista.

 

¿Cómo actuar?

Al tratarse de un proceso inflamatorio, si el esguince es leve, tan solo precisará de un reposo relativo y disminuir la actividad física. Nunca reposo absoluto (en el caso de una lesión leve), pues para una correcta recuperación, es recomendable que haya cierto movimiento, siempre indicado y supervisado por pediatra y fisioterapeuta. Si la inflamación es mayor, aplicaremos hielo. TEN EN CUENTA QUE ESTAS PAUTAS SON ORIENTATIVAS Y QUE ES UN PROFESIONAL SANITARIO EL QUE TE DEBE DAR LAS ORIENTACIONES ESPECÍFICAS PARA TU CASO EN CONCRETO.

¿Cómo puede ayudarnos la fisioterapia?

Para la recuperación es imprescindible la Fisioterapia, tanto para recuperar la estabilidad como la buena función de la articulación como del ligamento que ha sufrido la lesión.

Una de las dudas más frecuentes en consulta es si se puede prevenir. Para ello es importante tener una musculatura fuerte además de una buena propiocepción. La propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta en la que se encuentra nuestro cuerpo en cada momento (articulaciones, músculos, etc). A través del sistema propioceptivo, nuestro cerebro interpreta si es necesario reaccionar de manera inmediata para activar otros grupos musculares y evitar así una lesión o caída.

¿Cómo se consigue? Caminando descalzo –tenéis en el blog un post acerca de sus beneficios desde que son bebés– así como realizando ejercicios que favorezcan el equilibrio y la fuerza de las articulaciones, y el cuerpo en general.

Es conveniente, como en el caso de los adultos, que si practican actividad física, antes de hacer ejercicio calienten y estiren y este caso, cuiden además del calzado que utilizan según la actividad que realicen.

 

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