El Método Poyet, es una terapia manual que permite la armonización de las diferentes estructuras que conforman nuestro cuerpo, la restauración de la motilidad ósea, y con ello la mejora de la capacidad de adaptación de nuestro organismo a la multitud de agresiones a las cuales está sometido diariamente.
La denominación del método hace honor a su creador, Maurice Poyet, Fisioterapeuta formado en Osteopatía y Acupuntura, que fue evolucionando en la realización de sus tratamientos hasta desarrollar una nueva y revolucionaria metodología de trabajo.
El Método Poyet se encuadra dentro de las llamadas terapias holísitcas, es decir, tiene presente en todo momento la globalidad del organismo, considerándolo como una unidad y no como un conjunto de elementos que funcionan independientemente unos de otros.
La base teórica del método reside en la existencia del Movimiento Respiratorio Primario (MRP) craneal. Éste es un movimiento fisiológico (es decir, que se produce en situación de salud), rítmico e involuntario que, teniendo su origen en el cráneo, en concreto de la sincondriosis esfenobasilar, se hace extensible a todas las estructuras orgánicas gracias a la red de tejido continuo que supone la fascia, originando un MRP local de cada estructura, relacionado directamente e indisociable del MRP craneal.
Estamos ante un método cuya piedra angular es el eje cráneo-sacro (cráneo + columna vertebral + sacro), aunque trabajamos sobre las demás piezas óseas y sobre las diferentes estructuras locales: órganos, vísceras, ligamentos, cápsulas articulares, nervios, etc… Esto permite un acceso global y preciso sobre el individuo. Es decir, con esta técnica se trata a una persona que presenta un problema de salud, y no a una enfermedad concreta olvidándonos del resto del paciente.
Ante cualquier lesión o disfunción tisular, el MRP se ve alterado. La corrección del MRP local permitirá la normalización de las estructuras implicadas y la posterior armonización con el conjunto. Las maniobras que propone el Método Poyet consiguen la liberación del MRP o, lo que es igual, la liberación de la motilidad fisiológica de todas las estructuras alteradas.
Una de las características propias del método es la tensión manual necesaria para el diagnóstico y corrección, siendo esta muy ligera y suave. Poyet decía: “Para la escucha, la presión de nuestra mano no debe ser superior al de una mariposa cuando se posa sobre una flor”.
La sutileza del gesto corrector hace que su aplicación esté libre de dolor, y permita una alta tolerancia por parte del paciente. Así como, una reducción drástica de las contraindicaciones.
Otro rasgo que da identidad al Método Poyet® es la forma de evaluar al paciente y realizar un diagnóstico propio y previo a la aplicación del tratamiento. El diagnóstico se realiza a través de somatotopías craneales, es decir, se realiza una escucha tisular en zonas específicas y puntos concretos a nivel craneal, que dan una información muy precisa de la posición y/o motilidad en la que se encuentran cada una de las piezas óseas en cuanto al MRP se refiere. Tras el tratamiento, la comprobación sobre estas somatotopías nos permite verificar las correcciones realizadas, la correcta aplicación terapéutica, así como la repercusión global que estas han originado.
FIG. 1: SOMATOTOPÍAS CRANEALES
Como método cráneo-sacral, el sacro es una de las piezas clave, liberarlo es el primer paso en el tratamiento. El sacro actúa como una «centralita»: presenta numerosos puntos de corrección de zonas situadas a distancia, de diferentes cadenas lesionales, de la motilidad visceral, etc…
FIG. 2: PUNTOS DE CORRECCIÓN EN EL SACRO
Las indicaciones del Método Poyet sobrepasan el cuadro de los trastornos del aparato locomotor. Repercute sobre los fenómenos endocrinos, neurovegetativos, el papel visceral y la circulación de los líquidos, las interrelaciones somatofísicas, el aspecto somatoemocional, etc… Además, al realizarse las correcciones de una forma tan suave, la técnica no presenta apenas contraindicaciones. Un ejemplo de ello es que con esta técnica realizamos la preparación al parto y la recuperación en el postparto o el tratamiento de los bebés que presentan cólicos.
Otra ventaja más es que el número de sesiones precisas es, en muchos de los casos, bajo. Por otra parte, estas sesiones no se llevan a cabo en días consecutivos, lo que también facilita que el paciente pueda acudir a consulta para recibir tratamiento.
Por último, señalar que el Método Poyet se estudia en nuestro país como formación de postgrado para los Fisioterapeutas, es decir, una vez finalizada la carrera de Fisioterapia. La universidad (Sevilla y algunas otras, en este caso) ofrece los estudios durante dos años para adquirir el conocimiento teórico y práctico del método, lo que supone una garantía en cuanto a la profesionalidad y la titulación de los Fisioterapeutas que lo aplican.
Para más información sobre la formación en Método Poyet para Fisioterapeutas puedes visitar: www.poyet.es