El sistema digestivo del bebé: Desde el cólico del lactante, al reflujo, la regurgitación, el tratamiento de los gases y el estreñimiento o la diarrea. Hoy hablamos sobre ello en el blog

El sistema digestivo del bebé: Desde el cólico del lactante, al reflujo, la regurgitación, el tratamiento de los gases y el estreñimiento o la diarrea. Hoy hablamos sobre ello en el blog

¿Cómo podemos distinguir entre el cólico del lactante, el reflujo o la regurgitación? Esta es una de las principales inquietudes de las familias que acuden a consulta en nuestro Centro de Fisioterapia Manuel Raigón Luque con el objetivo de procurar, cuanto antes, aliviar estas molestias al bebé. Y no siempre es tan evidente, pues muchas veces podríamos estar hablando de lo mismo, aunque sí existen matices.

El cólico es un síndrome, un conjunto de síntomas que se agrupan bajo una etiqueta común; cuando hablamos de reflujo ya es más importante prestar especial atención para cuanto antes procurar identificar si se trata o no de una patología, pudiendo observar si existe o no una regurgitación, o incluso una intolerancia, que puede estar impidiendo desde un descanso adecuado del bebé hasta una correcta ganancia de peso. Un reflujo que puede incluso estar provocando un daño en el esófago del bebé por el ácido del estómago. De ahí la importancia de consultar siempre con un especialista.

Si hablamos de cólico, sin embargo -dando muchísima sintomatología y muy variada- y ahí entra la regurgitación del bebé también, podemos estar observando desde que el bebé tiene ciertos problemas para gestionar los gases,  a una dificultad para eructar, hipos muy persistentes, el famosísimo llanto difícilmente consolable, un sueño muy intranquilo, bebés que hacen muy poca caca o por el contrario, muchísima, y desde cacas muy duras o cacas excesivamente líquidas, entre muchos otros síntomas… ¿Y qué bebé no podría sentirse así en algún momento del día? Ahora, ¿cuándo debemos preocuparnos?

Hay una gran cantidad de síntomas, que no tienen por qué tener detrás una patología, ni que estén queriendo decirnos que nuestro hijo, nuestra hija está enfermo, aunque sí puede estar incómodo. Todo esto puede simplemente estar poniéndonos de manifiesto que hay un mal funcionamiento que puede dar lugar a algunos de estos síntomas, y entonces es probable que estemos ante un cólico del lactante. Y como absolutamente todo, pues también hay diferentes grados y niveles de incomodidad según la sintomatología. Y en estos casos, el bebé estará incómodo o muy incómodo y nos lo hará saber con esa irritabilidad y demás síntomas. Pero no tiene por qué estar enfermo.

¿Cómo puede ayudarnos en este sentido la Fisioterapia y cómo lo abordamos desde nuestro Centro de Fisioterapia Manuel Raigón Luque?

En el caso del tratamiento del cólico, podemos afirmar que el beneficio principal es que en la inmensa mayoría de los casos, se soluciona. El porcentaje de efectividad del tratamiento que hacemos a través del Método Poyet, como del Método Rubio, es muy muy alto, porque en la mayoría de los casos lo que existe es una disfunción (mal funcionamiento) en el sistema digestivo del bebé, y lo que hacemos es acompañar al cuerpo a través de estas técnicas a ayudarle a normalizar ese funcionamiento y, por tanto, a que desaparezcan las incomodidades.

En nuestro centro además no hacemos un tratamiento meramente sintomático, sino que observamos de manera integral qué puede estar ocasionando esos síntomas. Observamos desde el aparato digestivo, a un enfoque también más estructural, de pelvis y cráneo para evitar posibles tensiones que puedan estar provocando irritabilidad en el sistema digestivo. Podemos encontrar incluso tensiones en el área occipital del cráneo del bebé por el mecanismo del expulsivo en el parto; o bien porque haya tensión en cráneo y membranas; molestias que puedan estar generándole al bebé desde una irritabilidad general hasta afectar al sistema nervioso. Y todo esto lo hacemos con técnicas que como siempre nos gusta insistir, son absolutamente indoloras, y son técnicas completamente seguras.

 

Utilizamos el Método Poyet, extremadamente suave y agradable, y para el tema digestivo, el método Rubio;  otra ventaja,  además,  del tratamiento que nosotros planteamos, es que generalmente en un par de sesiones este tipo de molestias, se resuelven.

Ahora, una de vuestras principales inquietudes tras el tratamiento es: ¿Puede estar más adormecido después del tratamiento? ¡Sí, y también más irritable! Un bebé puede encontrarse de ambas maneras y ninguna de las dos es señal de que la sintomatología haya desaparecido “de golpe” o que no haya mejora alguna… En este caso, nada es indicativo de nada.

 

Los gases

Continuamos avanzando en lo que respecta al sistema digestivo del bebé y una de vuestras principales consultas también son las que tienen que ver con los gases ¿Hay que ayudar en la noche a que los expulse?

La noche es para dormir. Un bebé de lactancia materna, si hace un buen agarre y por la noche se queda relajadito al pecho, lo ideal es que aprovechemos todos en casa para descansar. Si es de día, podemos ponerle un poquito en vertical sobre nuestro cuerpo para que los expulse. Luego, si es alimentado con leche de fórmula, las tetinas y biberones están cada vez más avanzados con lo que generalmente, los pasos a seguir serían exactamente los mismos que en el caso de la lactancia materna.

Ahora, ¿cómo saber si tiene gases? Aparte de que esté incómodo, sabremos identificarlo también si observamos que tiene la barriguita un poco pujada y dura; no sólo por delante, sino también por los lados (debido al colón ascendente y descendente). ¿Y cómo podemos ayudarle a expulsarlos? Para esto es muy importante que primero el bebé esté receptivo, una vez hacemos esta comprobación, podemos desde hacerle la bicicleta con las piernitas, a un masaje como el que mostramos en nuestro perfil de instagram… Pero insistimos en que lo importante es que para que esto tenga algún beneficio, el bebé esté cómodo. Como consejos, podemos ponerle de nuevo en vertical, invitarle a que succione un poquito, incluso su propia mano para que al hacerlo mueva la tripita, y eso mismo le va a generar alivio.

Continuemos avanzando sobre el sistema digestivo del bebé, y hablemos ahora de la caca. Igual de sano está un bebé que hace caca todos los días a uno que lo hace cada seis. El espectro de posibilidades es muy amplio. Entonces, ¿a qué debemos prestar atención?

Pues como cuando hablábamos de distinguir entre regurgitación, cólico del lactante o reflujo,  primero deberemos observar cómo se encuentra el bebé y vamos a poner un ejemplo que nos ayude a comprenderlo mejor: “Un bebé hace caca cada x días y no está incómodo, y un bebé hace mucha caca al día y tampoco se observa ningún problema. Ahora, cómo debemos medir el estreñimiento. Pues lo que entramos a valorar es la caca del bebé, que debe ser pastosa, tirando a líquida y hacerse sin esfuerzo, y si se cumple cada 5 días, no hay ningún problema. Si hace caca todos los días pero es caquita dura, o le cuesta, aunque esté haciendo todos los días, es señal de que algo no va bien”.

Vamos madurando, y cuando ya tiene varias semanas (variables en tiempo) vamos cambiando a un patrón más “duro”. Aquí es cierto que a algunos bebés les cuesta un poquito, y se “atoran” un poco. Están incómodos cuando no hacen.. Pero no tiene por qué pasar. Que empuje un poquito no quiere decir que sea una incomodidad grande. Las cacas ni demasiado formadas, ni bolas, ni tampoco agua… Ni tampoco espuma como si estuviéramos montando claras de huevos; ni tampoco hebras de moco. Las hebras de moco nos muestra que a lo mejor el bebé está algo resfriado; el mayor problema es que se le pone el culete un poco rojo. Pero esos mocos también nos pueden indicar que exista alguna dificultad, alguna dificultad -no una intolerancia- con las proteínas de la vaca. Pues para eso hay unas pruebas específicas que lo detectan.

Resumiendo, no es tanto el número y la frecuencia sino la calidad de la caca y cómo está el bebé a la hora de hacer esa caca.

En cuanto a la estimulación, otra de las grandes cuestiones en lo que a este tema se refiere. En este sentido nos gusta ser muy claros al respecto, y es que la estimulación está completamente contraindicada. Ahora, también hay estimulación y estimulaciones… por ejemplo ayudarle un poquito con las piernas, estamos estimulando desde la tripa. Ahora, en la estimulación del ano es donde hay que tener cuidado, y por varios motivos. Primero, porque el cuerpo va a lo estrictamente necesario; y quiere hacer el mínimo gasto de energía. Si ponemos siempre una faja, al final perdemos la musculatura porque se atrofia. Si nosotros estamos desde fuera, provocando la estimulación, el cuerpo no trabaja y creamos un patrón de vaguedad a nivel digestivo.

Además, cuidado con cómo estimulamos del ano ¡cuidado con los termómetros! Y en cuanto a la medicación, siempre bajo prescripción médica. Nada de automedicarnos, y muchísimo menos a un bebé. Lo ideal es que el aparato digestivo sea capaz de por sí mismo coordinar esa capacidad de evacuación y esfínter anal sin ayuda alguna.

El bebé no necesita manzanilas, no necesita agua, ni preparados con el agravante de sacarosas que todo este tipo de productos muchas veces lleva… Pues ya estamos preparando el caldo de cultivo para lo que viene después, como los batidos, zumos, galletas, chocolates… Y absolutamente nada de este tipo de preparados los necesita nuestro bebé.

Esperamos que el artículo os sirva para resolver muchas de tus dudas. Si aún así tienes más, ya sabes que puedes encontrarnos en:

957 38 12 38    /    Whatsapp: 697 695 574    /    info@fisiopoyet.com

Síguenos en Facebook e Instagram

No Comments

Post A Comment